domingo, 29 de noviembre de 2020

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

 


Al sur de España encontramos el Parque Natural de los Alcornocales. Situado en la provincia de Cádiz y parte de Málaga, se extiende desde la sierra hasta el joven Parque Natural del Estrecho, presentando gran diversidad de relieves y paisajes. Esta riqueza se refleja en todos los ámbitos: flora, fauna, climatología, historia y folklore, constituyendo un lugar ideal para visitar y disfrutar de actividades tan diversas como la recolección de setas y la práctica de deportes en la naturaleza. Suelo, humedad y aprovechamiento tradicional han sido los factores determinantes para mantener la mayor masa conservada y productiva de alcornocal de la Península Ibérica, el parque natural Los Alcornocales.

Descorche o «saca del corcho»

La extracción del corcho del alcornoque se denomina «saca del corcho», una actividad que se realiza en la fase más activa del crecimiento del corcho, entre mediados de mayo y junio hasta mediados/finales de agosto. En esta época, los trabajadores denominados «corcheros» o «peladores» extraen la corteza del alcornoque cortando con un hacha y siguiendo las grietas verticales del corcho. Así retiran lo que se denomina planchas de corcho, denominándose también «la pela del alcornoque». El corcho se puede extraer por primera vez cuando el árbol tiene entre 30 y 60 años, pero este dato depende mucho de la calidad de estación, ya que el parámetro a medir es cuando el árbol tenga una «circunferencia altura de pecho» (CAP) mayor de 60 cm sobre corcho. Este primer corcho se denomina «corcho bornizo», patrón o corcho de belenes, solo válido para la elaboración de elementos decorativos y aislamientos termoacústicos, dada la dificultad de separar del corcho la fina corteza leñosa externa de color grisáceo, por lo que no se puede utilizar para aglomerados ni para uso alimentario (como, por ejemplo, en tapones de vino), ya que no cumple la calidad necesaria.

Entre nueve y catorce años después, según la zona, se produce el segundo descorche, del cual se obtiene un material llamado «corcho secundario» que cuenta con una estructura regular menos dura pero aún no es válido para la producción de tapones. Es en la tercera saca cuando el árbol tiene entre 40 y 50 años y en las siguientes, cuando se logra obtener el corcho con las propiedades adecuadas para la producción de tapones de calidad, ya que este presenta una estructura mucho más regular con costados y bases lisas. Es el denominado «corcho amadia» o «de reproducción». A partir de este momento, el alcornoque proporcionará cada entre 9 y 14 años, corcho de buena calidad. A partir de ese momento, su explotación durará un promedio de 150 años, lo que equivale a unas 14-15 sacas de corcho.


El descorche del alcornoque es un proceso ancestral que debe realizarse por profesionales y se ejecuta en 6 etapas:

*Abrir: Se golpea el corcho en sentido vertical escogiendo la hendidura más profunda de las ranuras de la corteza. Al mismo tiempo, se va ladeando el filo del hacha para separar la plancha del entrecasco o entrecorteza. Es posible calcular el grado de dificultad de cada extracción debido al golpe del hacha. Si se aplica un buen golpe se produce un sonido hueco típico del rasgamiento. Si por el contrario, se da un mal golpe, el hacha produce un sonido corto, firme y seco.

*Separar: Justo después, se separa la plancha a través del corte de hacha entre la parte interior de la plancha y el entrecasco. Luego se ejecuta un corte ladeando el hacha entre el tronco y el corcho que se pretende separar. Trazar: Con un corte horizontal se delimita el tamaño de la plancha del corcho que se sacará y la que se quedará en él. Extraer: Se retira cuidadosamente la plancha del árbol para no partirla. Cuanto más grandes sean las planchas, más aumenta su valor comercial y, por tanto, mayor debe ser la destreza y la habilidad de los descorchadores. Una vez se retira la primera plancha, se repite esta operación para dejar desnudo todo el tronco.

*Quitar: Después de la extracción de las planchas, se mantienen adheridos algunos fragmentos de corcho a la base del tronco. Para quitar posibles parásitos que queden en la cuña del alcornoque, el descorchador da algunos golpes con el ojo del hacha. Marcación: Finalmente, se marca el árbol, indicando el año en el que se realizó la extracción.

En los últimos años debido a que las empresas productoras de corcho están bajando los precios, los propietarios de fincas, incluso la administración propietaria de algunos Alcornocales, están contratando empresas que realizan el descorche y la saca de manera más rentable. Pero no de manera sostenible en el tiempo, generalmente estos trabajadores trabajan a destajo y cuanto más saquen más cobran, por lo que tienen que hacer el trabajo lo más rápido posible, esto unido a la poca experiencia de algunos trabajadores de estas cuadrillas, hace que la mayoría de árboles queden dañados tras el descorche o la poda haciéndolos vulnerables a ciertos patógenos, que están acabando con las masas de alcornoques de la mitad sur Peninsular. A continuación hablaremos de uno que si bien ya era común en la Península Ibérica en los últimos años está alcanzando unos niveles de dispersión e infección muy preocupantes en algunas zonas, provocados por los malos usos de las masas forestales.

PATOGENO: Biscogniauxia mediterránea (Sinónimo: Hypoxylon mediterraneum) (Anamorfo: Periconiella sp.)


ESPECIES AFECTADAS: Principalmente alcornoque y encina, aunque también quejigo y castaño.

TIPO DE ENFERMEDAD: Chancro.

DISTRIBUCIÓN: En la mitad Sur de España y probablemente en toda el área de distribución de la encina y de Alcornoque.

DIAGNÓSTICO: Presencia del estroma carbonoso del hongo en grietas del tronco y de las ramas de árboles afectados. Estroma plano, negro brillante y con los bordes engrosados.

Afecta a una gran cantidad de frondosas, principalmente del género Quercus. Las especies más susceptibles son Q. cerris, Q. suber, Q. ilex, Q. frainetto y Q. pubescens. También se ha descrito en los géneros Fagus, Platanus, Populus, Castanea, Eucaliptus y Juglans, mostrando una menor incidencia. Alcornoque, pero también está descrito en encinares con síntomas de decaimiento o Seca. En la actualidad está presente en toda el área de distribución de la encina y del alcornoque, asociado a masas en proceso de decaimiento. También aparece en otras formaciones, como los quejigares y castañares, pero en menor medida. Se observa una gran incidencia en la comarca de Los Pedroches (Córdoba), la Sierra de Córdoba, Los Alcornocales (Cádiz) y algunas zonas de la Sierra Norte de Sevilla. También en extensas zonas de Castilla la Mancha y Extremadura.

PATOGÉNESIS Y EPIDEMIOLOGÍA


Biscogniauxia mediterránea tiene una capacidad patogénica muy limitada, ya que no es capaz de producir el anillamiento y la muerte de tallos infectados de encina, alcornoque y coscoja. Incluso en condiciones de fuerte estrés hídrico, tan sólo es capaz de producir pequeñas lesiones corticales, siendo éstas mayores en alcornoque que en encina y coscoja. Las ascosporas son la principal estructura infectiva, siendo el viento su principal vector de dispersión. En España hay datos de insectos como vectores bióticos, se ha demostrado la implicación de algunos insectos perforadores como vectores de este hongo. Es necesaria la presencia de lluvia para provocar la esporulación, aunque no hay una relación entre la cantidad de ascosporas descargadas y la cantidad de precipitación, produciéndose la máxima descarga de ascosporas en las horas posteriores al evento de lluvia. Para inducir la germinación de las ascosporas bastan cortas exposiciones a temperaturas favorables (superiores a 20ºC). A pesar de que se ha observado la esporulación del anamorfo en campo, éste no es un hecho común. Además, los conidióforos se producen bajo la corteza externa, con lo que los conidios sólo pueden salir al exterior en las ramas más delgadas, donde se agrieta la corteza externa. Todo ello hace suponer que el papel de los conidios como inóculo infectivo es muy limitado o nulo. La infección puede tener lugar desde los primeros estadios de desarrollo del huésped (plántulas), y no es necesaria ni la presencia de heridas ni que el huésped esté sometido a estrés. Una vez establecida la infección, B. mediterránea es capaz de sobrevivir como endófito, sin causar síntomas, durante largos periodos en varias especies de Quercus. La presencia endofítica del hongo puede aumentar en los huéspedes en condiciones de estrés hídrico, utilizando la cavitación para desarrollar su micelio en los vasos leñosos del huésped y colonizar su tejido cortical. Entonces, la planta reacciona tiñendo sus vasos, intentando frenar la colonización fúngica. Sólo en algunos casos esta tinción de vasos va acompañada de la aparición de pequeñas necrosis corticales que no llegan a anillar las ramas y tronco afectados.


Únicamente se producen extensas necrosis cuando la corteza interna de ramas y tronco se deteriora irreversiblemente o muere por otras causas, formándose a continuación el estroma carbonoso característico. Este comportamiento como patógeno de debilidad de B. mediterránea sobre todo en alcornoque, indica que en el proceso de decaimiento, el estrés hídrico por sequía o infecciones radicales que sufren la encina y el alcornoque en la Península Ibérica, inducen una situación muy favorable para que el hongo pase de la fase endofítica a la patogénica y cause necrosis corticales. No obstante, la producción del estroma carbonoso con posterioridad a la muerte de la rama o del tronco infectado, puede originar que, en algunos casos, se esté sobrevalorando la importancia de este agente como causa primaria de muerte en procesos de decaimiento, actuando más bien como saprófito en ramas previamente muertas por otros agentes bióticos o abióticos pero que a su vez son un gran reservorio del patógeno que últimamente se transmite de manera más rápida.


CONTROL

Tradicionalmente se han recomendado tratamientos preventivos, como el sellado de las heridas y la desinfestación de las herramientas de poda y descorche (normalmente esto no se hace). No obstante, el carácter endofítico de B. mediterránea, que además es capaz de infectar en ausencia de heridas, reduce la eficacia de estas prácticas, que aunque siguen siendo válidas, no bastan por sí solas para el control del patógeno. De acuerdo con estas consideraciones las medidas a tomar, aparte de las podas sanitarias, la desinfestación de herramientas y el sellado de heridas, deben ir encaminadas a mantener un alto vigor en sus huéspedes y a la reducción del inóculo, destruyendo los árboles muertos y leñas con presencia de carbón.

 Pero lo más importante es favorecer la regeneración, cosa imposible hoy en día por la alta densidad de ganado que impiden la misma, es necesario además el control de los desbroces tan agresivos de matorral Autóctono, que degradan los suelos favoreciendo la erosión y la desaparición de la cadena trófica que mantiene el equilibrio en estos Ecosistemas tan sensibles.

Parece ser que a las administraciones competentes les importa poco el futuro de nuestras Dehesas, encinares Y Alcornocales. Ecosistemas de tan alto valor Ecológico, tan necesarios hoy en día, se están convirtiendo en grandes parques fotovoltaicos o campos de aguacates y naranjos. Será por esto que a nadie le importa que desaparezcan los más importantes bosques de Quercus de Europa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario