jueves, 29 de octubre de 2020

¿ES LA CAZA UN DEPORTE?


¿Dónde quedan aquellos días? En los que el Hombre Prehistórico cazaba para alimentarse, donde en cada lance para conseguir comida tenía que jugarse la vida, enfrentándose a grandes Mamuts o a aquellos ciervos de inmensas cornamentas llamados (Megaloceros giganteus), todo esto provistos con una lanza con la punta de piedra. Gracias a la ingestión de proteínas animales obtenidas de la carne de estos animales, su cerebro se desarrolló, se hizo más inteligente y aprendió a domesticar esos animales que le proporcionarían alimento, sin correr el riesgo de perecer atravesados por el cuerno de un Rinoceronte Lanudo o corneado por un Bisonte. El hombre, para cazar aprendió a trabajar en equipo, pues salía a cazar en grupo; también aprendió a elaborar armas y una gran variedad de señales de la naturaleza, para facilitar el hallazgo de sus presas. Sin duda la caza se volvió imprescindible para la vida. En este período, el hombre descubre su gusto por la carne de los animales y se sientan las bases de las preferencias de la civilización futura. Pasan años, siglos, las poblaciones se establecen y dejan de ser nómadas, Estos animales, como el ganado vacuno sirvieron, además de proporcionar carne, como animales de carga, de mercancías, tiro del arado, suministro de pieles, más tarde, de leche y derivados. El estiércol acumulado en los establos, estabulados y cuadras, debió haber servido de abono para los primeros cultivos. La domesticación de animales, permitió también utilizarlos para realizar trabajos agrícolas o transportar cargas. Además, los restos de las cosechas que no eran utilizables en la alimentación humana, podían aprovecharse como alimento para el ganado.
La agricultura y la ganadería, permitieron a las poblaciones humanas conseguir una mayor certidumbre respecto a sus posibilidades de sustento, así como reducir el esfuerzo en obtenerlo, lo que posibilitó un mayor desarrollo cultural, ya que el ser humano podía entonces empezar a disponer de más tiempo para la creación intelectual. En este sentido, parece que el desarrollo de la ganadería tuvo lugar, precisamente en zonas donde, a su vez, el desarrollo cultural fue más intenso y temprano. A partir de esos lugares se difundió esta nueva relación con la naturaleza, ya sea que las sociedades convertidas en sociedades de agricultores y/o de pastores se fueron expandiendo (en gran parte gracias al potencial demográfico que su nuevo modo de producción, de alimentación y de materias primas permitía). Después el hombre empieza a tener ganas de poder sobre sus semejantes, los más fuertes o malvados someten a sus hermanos y se erigen mandatarios o gobernantes de los territorios en los que viven, adueñándose de la vida de las personas y el ecosistema que los rodea, empezándose así su degradación.


En la Edad Media había dos grupos de caza: Los Nobles y los Campesinos o plebe. Los Nobles cazaban por diversión y poseían zonas de caza privada, si te sorprendían cazando en uno de estos cotos, seguramente perderías la vida. Los campesinos, cazaban por necesidad, para alimentarse o vender la presa. En esta época también nace la caza deportiva, la práctica de la caza como entretenimiento, como deporte, es evidente que el cazador en ese menester no sólo buscaba la diversión, el placer en contacto con la naturaleza, sino también la preparación física necesaria para llevar a cabo con éxito sus compromisos guerreros. Se trataba de una cuestión de higiene corporal, pues el individuo debía estar preparado, estar en forma como se diría hoy, para desempeñar las funciones propias de su relevante posición social. Así lo demostraban realizando diversas actividades. Entre estas actividades, una de las más importantes, quizá la más importante, era la caza. Algunos investigadores escribieron que servía para llenar la mesa de los nobles, pero estudios más recientes han demostrado que no. Otros han afirmado que era importante porque preparaba a los hombres para la guerra. Posiblemente tampoco esto sea verdad: No se puede negar que los cazadores se ejercitaban, pero para ellos lo más importante era poder demostrar que estaban en disposición social y económica de cazar. 


                                  
Llegamos a nuestros días y la cosa poco ha cambiado desde la Edad Media. Los descendientes de aquellos nobles (que de nobleza tienen poco), se han convertido en grandes terratenientes que siguen practicando de forma metódica la mal llamada caza deportiva. La Real Academia de la Lengua, al deportista lo define como: La persona que por afición, o profesionalmente practica algún deporte (actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas). El deportista se prepara o participa en las competiciones o juegos con intención de ganarlos. Los clubes deportivos (entidades sin ánimo de lucro) que agrupan a los deportistas, tienen como fin exclusivo el fomento, la práctica o la participación en una o varias modalidades deportivas en el ámbito federado, realizando actividades de preparación de deportistas y organización de campeonatos con intención de obtener títulos o trofeos.                                                                                                        

De la definición anterior, se deduce que los cazadores y las Sociedades de Cazadores tienen fines, objetivos, actividades y funciones distintas a la de los deportistas y Clubes Deportivos, la caza supone en algunas ocasiones un esfuerzo físico importante, pero no toda actividad humana que conlleve actividad física es un deporte. Por contra la caza natural no es ni un juego ni una competición. ¿Toda actividad física es deporte? No. No es deporte la recolección de caracoles, setas o frutos silvestres, ni la horticultura, ni la agricultura, ni la jardinería, ni la fotografía de la naturaleza o de la fauna, ni lavar el coche, ni el bricolaje, ni las tareas domésticas, etc., aunque sean actividades que en ocasiones necesiten un notable esfuerzo físico. Una persona que corte árboles o recoja leña para su hogar o por negocio no practica un deporte. La caza únicamente se convierte en deporte cuando se practica de forma competitiva, lo cual con los actuales planteamientos y reglamentos conlleva aspectos muy discutibles, incluso en algunos casos negativos para la caza y su imagen pública como es el cazar en el menor tiempo, el mayor número posible de animales o hacerlo en espacios protegidos que es algo aberrante. Infinitamente más importante que cazar mucho, es hacerlo bien y con respeto al Medio Ambiente. ¿Quién es el mejor cazador? ¿El que más animales caza en menos tiempo? Pues no. Sino, el que tiene respeto por el medio natural y los animales cazados, el cumplimiento estricto de las normas de seguridad, el compañerismo con los demás cazadores y el respeto tanto de sus territorios de caza como de las personas que usan y disfrutan de la Naturaleza, la buena conducta con nuestros fieles ayudantes los perros, la colaboración en la gestión del medio ambiente, el cumplimiento de las normas, cupos y leyes de caza, etc. Estos valores son los que realmente tienen que ser valorados a la hora de proclamar a alguien como “Cazador”.

Esto, me hace pensar, ¿Cuántos cazadores los son realmente? Dispuestos a salir al campo, andarse las sierras hasta encontrar la presa adecuada, respetando las hembras, las épocas de veda y demás normativas. Después de conseguir la presa, volverse andando a su casa con el morral lleno de carne y no volver a salir hasta que le haga falta de nuevo. "Creo que son muy pocos los verdaderos cazadores". y muchos los que solo tienen el nombre, que pagan por ir a una finca cerrada donde los animales, muchos de ellos criados artificialmente, solo pueden dar vueltas acosados por cientos de perros, hasta que encuentran la muerte a manos de un carnicero, que lo único que busca es aumentar su "ego", asesinando animales indefensos y sin ninguna posibilidad de escapar, además de las personas que mueren o sufren accidentes durante su practica (este año a pesar del confinamiento, en los nueve primeros meses han muerto 51 personas por disparos y mas de 600 heridos), ¿Qué deporte es ir al campo harto de comida y alcohol en un todoterreno sentase en una silla con un rifle y seguir bebiendo vino, hasta que alguna presa se cruce y la mates sin el mínimo esfuerzo? No. "Ni es caza, ni es deporte". Pero a pesar de esto el 85% del territorio nacional es territorio de caza, cuando los cazadores no llegan a el 1% de la población, una gran incongruencia. 





 



miércoles, 28 de octubre de 2020

NACIDOS ENTRE ALAMBRADAS 2ªPARTE

 Seguimos donde lo dejamos ayer.

A raíz de este evento (EMLOBADOS CON SOLANA DEL PINO) algunos de los allí presentes pensamos que esto puede cambiar, así nos vemos con el deber moral, de hacer algo por la tierra de nuestros antepasados y que nos vio nacer (aunque sea entre alambres) pues se está deteriorando a pasos agigantados, con muy buenas intenciones y sin apoyo alguno de instituciones ni ayudas económicas fundamos en Noviembre de 2015 la Asociación Naturalista Aullidos de Sierra Madrona con los siguientes objetivos:


1.- Divulgar y proteger en la medida de lo posible el patrimonio natural, histórico, etnológico y documental de la Comarca de Solana del Pino.
2.- El fomento de actividades culturales, especialmente los relacionados con la naturaleza y tradiciones locales.
3.- Divulgación, formación, mediante foros, eventos, estudios y publicaciones de los valores naturales de la Comarca de Solana del Pino y su necesaria protección.

Por lo que desde el año 2015 venimos realizando una serie de actividades, enfocadas a revalorizar estos usos y costumbres, con el fin de promover nuevas alternativas de trabajo que eviten la despoblación, las cuales paso a exponer:

* Realización de denuncias públicas y ante las autoridades o administraciones competentes de todas aquellas anomalías que venimos encontrando en nuestro radio de acción como pueden ser; corte de ríos por vallados cinegéticos, cerramientos ilegales o que no cumplen las normativas para la protección de la fauna, usos ilegales o anormales de los montes, cursos de agua, su flora y fauna, usurpación de Vías Pecuarias, terrenos públicos y un largo etc.






* Realización de varios eventos relacionados con la naturaleza, como son: “Emlobados con Solana del Pino” de temática variada, centrada principalmente en  el conocimiento y protección del Lobo Ibérico; en las “jornadas de las aves” fabricamos artesanalmente y montamos cajas nido para insectívoras incluso pequeñas rapaces, a la vez que concienciamos sobre su protección al ser el mejor insecticida natural que existe; en las “jornadas micológicas” tratamos de dar a conocer el mundo de las setas y plantas de la zona, que puede ser otro punto de inflexión en el desarrollo del pueblo a la vez que concienciamos sobre su uso sostenible y respetuoso con el medio.





* Colaboramos con otras asociaciones locales participando en las romerías, fiestas eventos etc. Para poner en valor las tradiciones culturales y etnológicas que se están perdiendo, también colaboramos con otras actividades como la elaboración del atlas herpetológico de Andalucía y España, realizamos rutas senderistas acompañando a otras asociaciones o grupos, en este punto estamos realizando estudios y recopilación de datos para la apertura de nuevas rutas practicables y de interés.




* Hemos creado durante años un archivo y fondo documental de cuevas y abrigos con arte rupestre de la zona, que en su mayoría no esta estudiado, protegido o difundido, algunos abrigos son inéditos, descubiertos por nosotros casualmente, hemos creado una exposición itinerante con laminas de las pinturas rupestres mas representativas, que será expuesta donde nos la pidan y estamos luchando continuamente para su difusión y puesta en valor pues creemos que puede ser uno de los principales puntos de inflexión para el desarrollo en la comarca comarca de Sierra Madrona.




* También realizamos seguimientos y observación de fauna y flora, incluso se han realizado rescates de animales muertos o heridos, dando aviso a los agentes medioambientales cuando encontramos algo no deseado.





Tras todo esto y después de siete años de trabajo, nos encontramos con que: las gentes del pueblo que no querían ni hablar con nosotros, porque decían que éramos ecologistas y que íbamos a soltar lobos, ahora colaboran con la asociación en las actividades, últimamente se denota que están cambiando el modo de pensar con respecto al medio que los rodea, son más respetuosos con el medioambiente y están abandonando antiguos hábitos dañinos para este, muy consolidados en las zonas rurales, se han dado cuenta que el lobo es esencial para este ecosistema, como regulador natural de enfermedades que afectan a los animales salvajes y estar en la cabeza de la cadena trófica, la cual se descompensa en su ausencia, con lo que ello conlleva, el ayuntamiento se esta volcando y trabajando para crear un turismo de naturaleza sostenible intentando conseguir las instalaciones necesarias para ello, Miradores, Puntos de observación, arreglos de caminos etc. Los negocios locales también se han dado cuenta y se estan renovando creando ofertas interesantes para los visitantes.
Todo esto que conlleva un gran trabajo, lo realizamos un grupo de amigos, de manera altruista sin ayuda alguna institucional o económica, porque pensamos que tenemos una deuda pendiente con el Planeta en que vivimos, en especial con el entorno en el que nos criamos, "ENTRE ALAMBRADAS".



martes, 27 de octubre de 2020

NACIDOS ENTRE ALAMBRADAS 1ª PARTE

Entre Esquistos, Pizarras y Cuarcitas, aflora Sierra Madrona, al sur de la provincia de Ciudad Real, alberga una flora singular; como los últimos bosques primigenios mediterráneos del sur de Europa y los bosques en galería en las riberas de los cursos de agua que la atraviesan. Lugar habitado desde épocas remotas en las que el hombre primitivo vivía en libertad, interactuaba con el medio que le proporcionaba alimentos, refugio y materias primas de manera respetuosa, lo que sabemos por el buen estado de conservación del lugar hasta épocas cercanas.


En su corazón existe un pueblo llamado Solana del Pino, que siempre vivió de laborear el campo, la ganadería y los aprovechamientos forestales, de manera familiar así como la caza sostenible, la minería extractiva se practicaba hace milenios lo que hacía más interesante esta zona de Sierra Morena, en la que sus habitantes sobrevivían de manera modesta y sin mucha interacción con los territorios del exterior de estas sierras.

                           

                          
En el siglo XX y sobre todo en las últimas décadas, cambia el uso del medio rural: Se produce el éxodo de los pastores a la gran ciudad, al tiempo que disminuye la actividad ganadera, lo que conlleva el abandono de los campos, que vendidos a bajo precio van engrosando aún más los grandes latifundios hoy existentes, dedicados mayoritariamente a la caza mayor (ciervo, corzo, jabalí y cabra montesa). En estos latifundios se prosigue con la quema alternante del bosque y matorral, ahora en extensiones más limitadas pero en distribución más heterogénea. Estas quemas buscan de nuevo el alimento de los herbívoros, ahora piezas de caza mayor, a la vez que servirán de excelentes puntos de ojeo para los cazadores. Simultáneamente, dentro de estos latifundios se persigue intensamente la fauna de carnívoros salvajes: Lobo, lince, gato montés, buitre, águila real, son sistemáticamente abatidos con venenos, trampas o incluso con su caza directa.

                               
                               
Estos grandes latifundistas propietarios de 14350 Ha de las aproximadamente 18000 con que consta esta sierra, cercan con alambradas la mayor parte de sus terrenos, dejando a los habitantes del pueblo presos en su propio territorio, se les restringe la libertad de movimientos, se les prohíben los usos del monte, les usurpan sus caminos y cañadas y se les despoja de su patrimonio minero, cultural, etnológico, arquitectónico y natural quedando todo dentro de las grandes fincas, a las que este patrimonio no les reporta beneficio monetario alguno, siendo destruido en muchos casos por intereses propios, consiguiendo por tanto que ante la falta de recursos básicos para la subsistencia, éstas gentes tengan que abandonar de nuevo su medio de vida y por ende su pueblo, haciendo que la población se vaya reduciendo, a la vez que esta población sea cada vez más envejecida y con tendencias a su desaparición.

                                     


Al estar el pueblo todo rodeado por los cotos de caza y cada uno tiene su correspondiente alambrada el pueblo queda en el centro de estas aislado, como los caminos públicos y vías pecuarias están todos usurpados y cerrados, las únicas vías de comunicación que quedan son las carreteras: hacia el sur la de Andújar 80 km de interminables curvas en muy mal estado, hacia el norte la de puertollano 45 km de curvas que es el acceso mas utilizado, hacia el este dirección Almuradiel  otros 60 km de curvas con algunos tramos muy peligrosos y hacia el oeste lo que seria la mejor vía de comunicación con el exterior, la carretera que enlaza con la nacional 420 y que mas que una carretera es un camino de cabras de 30 km sin asfaltar, sin señalizar, atravesado por ríos y arroyos y con un firme que destroza los vehículos, que lo hace impracticable, de este ultimo que seria esencial para el desarrollo del pueblo, nadie se quiere acordar y las administraciones hacen la vista gorda, para no ponerse a mal con los propietarios de las fincas que atraviesa.

                                   
                                   
En el año 2013 se celebran unas jornadas de concienciación, sobre la problemática de los últimos Lobos Ibéricos que aún se encuentran en estas serranías, denominadas "Emlobados”. Las jornadas que sobre el lobo se realizan reúnen una gran cantidad de expertos e interesados en la naturaleza y en el modo de potenciar tanto jurídicamente como en los medios su revalorización, así como dar a conocer entre las personas de la zona, el interés de conservar al Lobo Ibérico como eje principal de la cadena trófica. En dicho evento se reivindica también el valor de lo rural y su participación en la conservación de la biodiversidad natural. Hasta el momento se trata del evento periódico relacionado con el Lobo Ibérico que de forma continua se ha prolongado durante más tiempo, siendo al menos siete las celebradas entre los años 2013 y 2019.


Mañana la segunda parte.


sábado, 24 de octubre de 2020

¿QUE PASARÍA SI SE DESALAMBRARA EL VALLE Y LA SIERRA?

 

¿QUE PASARÍA, SI SE DESALAMBRARA

EL VALLE Y LA SIERRA?

¿Qué pasaría, si se desalambrara la Sierra? Si se quitaran las alambradas, se eliminaran las cercas, los animales serían libres, no se degradaría la tierra. Si se quitaran las cercas que convierten nuestros montes en ganaderías encubiertas, volverían los depredadores como los Lobos a campear las sierras, eliminando enfermedades favorecidas por la endogamia, equilibrando ecosistemas, no habría superpoblación de animales que destruyen la naturaleza, porque no estarían hacinados dentro de un cercado, en el que los recursos son limitados, arrasando con los árboles y la hierba, podrían campar a sus anchas, comiendo lo que quisieran, esparciendo las semillas mezcladas con abono cada vez que defecan, regenerando los suelos con especies nuevas, que están desapareciendo  en los acotados, por la alta densidad de ungulados, que pisotean siempre la misma tierra que cuando llueve se va, quedando solo las piedras, empobreciendo los suelos ya debilitados de por sí por su especial composición pétrea.


¿Pero qué pasaría con las personas que trabajan en estas ganaderías encubiertas? Posiblemente, aumentaría su número como la historia demuestra. Harían falta más guardas vigilando las sierras, su trabajo seria cuidar la naturaleza, no destruirla como hacen ahora, por orden del cacique que quiere su finca hermética, que los obligan a cerrar los pasos, caminos, arroyos y gateras, a clavar las vallas a la tierra, para que no pase por debajo ni una pobre comadreja, los obligan a poner venenos, cepos, lazos etc. Todo ello mal pagado igual que en los años cuarenta.


¿Qué pasaría si se desalambrara el Valle? Si se quitaran las alambradas, se eliminaran las cercas, los animales pastarían libres. Al no tener cercas los ganaderos tendrían que pastorear de nuevo, redileando al ganado como hicieron en otros tiempos, regenerando la dehesa, que es un ecosistema delicado y necesita cuidados  extremos. Si se dejan en unos cercados sueltos, los animales son selectos, se comen la mejor hierba dejando el resto, haciendo que proliferen abrojos, cardos, zarzas y otras malas hierbas que el ganado desecha. Pero que si se va pastoreando el ganado, va comiendo en las dehesas siempre en sitios diferentes dando tiempo a su regeneración en los sitios por los que ya han pasado y que ha quedado muy abonado por el redileo. Al no haber alambradas donde dejar el ganado suelto, volverían a ser necesarios los perros, esos perros Careas y Mastines nuestros, ancestrales que nos han ayudado a pastorear desde el principio de los tiempos y que gracias a las alambradas están desapareciendo. Si se regenera el suelo vuelven los insectos tan necesarios que también están desapareciendo, volverán los polinizadores y detrás de ellos, los pájaros, los murciélagos, los anfibios y reptiles que se alimentan de ellos, controlando las plagas que asolan campos enteros gracias a la sobreexplotación que hemos provocado, por el uso incorrecto de los ecosistemas que nos alimentan y que estamos perdiendo.





¿Pero qué pasaría con los ganaderos? Seguramente aumentaría el número de ganaderos, al tener que pastorear el ganado, creando empleo. Al tener una campiña regenerada no tendrían que comprar piensos, pues los encinares darían más bellota y los prados mejor hierba por consiguiente: Cuanto mejor uso del campo, mayor optimización de los recursos, menos gastos, mayor producción, de más calidad, más sostenible y por ende más ganancias. Además que habría más disponibilidad de terrenos que ahora están copados, por grandes propietarios que tienen miles de cabezas de ganado sueltas y sin ningún control, lo que hace bajar los precios del ganado, además  de estar haciendo un uso indebido, dañino y destructivo de estos ecosistemas  tan sensibles y tan maltratados que son nuestras dehesas.  



miércoles, 21 de octubre de 2020

UNA DE CACIQUES Y TIERRAS

UNA  DE CACIQUES Y TIERRAS

Buscando documentos de cómo algunas fincas de nuestro pueblo, (solana del Pino) pasaron a manos de caciques, me encuentro con un interesante libro llamado: Del caciquismo trágico (historia de infamias) escrito por PEDRO TORRES. Tirando del hilo de las informaciones de este documento, me aclara unas cuantas cosas sobre lo que yo andaba buscando y que os voy a contar. La zona de nuestro pueblo (parte del Valle de Alcudia y Sierra Madrona). Estaba habitada desde tiempos remotos, pero gozaba de una gran independencia propia, que no comprendo muy bien. Ni los Árabes ni los reyes castellanos tenían estas tierras en sus feudos, más bien parecía tierra de nadie y totalmente neutra, parece ser a que esta zona era usada como despensa, donde sus habitantes surtían de ganado, Miel, caza y otros productos al mejor postor a muy buenos precios, pienso que es por esto, que eran respetados por unos y otros.

Así estuvieron durante muchos años, hasta que un Rey llamado: Felipe III de España, apodado «el Piadoso» decidió de repartir estas tierras entre sus adeptos. Por ello en 1602 una parte de los terrenos comprendidos entre el río Montoro y la sierra Umbría de Alcudia, entre los que se encuentran: Las Tiñosas, el Alhorin o Valdefuentes. Son entregados por Merced a un Hidalgo llamado de los Treviños que vivía en Ciudad Real. A partir de aquí los habitantes de la zona dejaron de ser dueños y proveedores y pasaron gratuitamente a ser vasallos de un hidalgo decadente y un Rey más decadente aun, que poco tenia de Piadoso.

Así durante muchos años estas tierras van cambiando de manos, entre nobles sin nobleza, sifilíticos y degenerados, que no dudaban en casarse con su sobrina de 12 años, con tal de continuar la estirpe de Austrias y Borbones. Y como no de los Caciques de medio pelo que sometían al pueblo para el beneplácito del rey de turno como Felipe IV al que llamaban el putero mayor del reino, o su hijo que se creía que era una rana.

Hay una época en que no hay información, hasta que de nuevo aparecen los caciques herederos de los Treviño. Los que escriben una singular historia en la que aparece de nuevo nuestro pueblo y dice así en su libro Pedro Torres: Manuel Maldonado Rosales (hijo de Calixto Ramona Rosales Ladrón de Guevara y Álvaro Pedro Maldonado y Treviño) y vecino de Argamasilla se quedó con un quinto (este sería desde las tiñosas al río Montoro) y dos dehesas (Toriles y Valdefuentes). Un miembro de la familia describía así este “imperio rural”: Podría decirse que en los dominios de D. José Árdales no se ponía el sol. Desde dos estaciones antes al pueblo matriz, decía su madre, con un tontarra orgullo familiar, empezaban las grandes fincas de los Árdales, una tras otra, con sólo alguna solución de continuidad. Grandes en sentido relativo, que por Andalucía no alcanzarían el calificativo. Quintos manchegos, en torno a las 700 hectáreas. Desde la Casa de Pelayo, un guarda al que alguien mató, hasta Frangil extraño nombre, unos cuantos miles de fanegas de monte, acompañadas por la incontable retahíla de las tierras de pan llevar, los plantíos, los olivares, las almazaras, las bodegas. Todo un imperio rural. Y una soberbia toponimia que constituía, tan tontarramente como para su madre lo otro, el inexplicable orgullo de Manolo Gracián: Quebrastiles, la Retumba, el Muerto, Cantamochuelos, Majaborregas, Suertelarga, el Charco del Oso...Cada lugar con su historia montera y el agridulce recuerdo de todos los que habían sido y ya no eran por aquellas quebraduras.

Sucedió pues que este vecino de Argamasilla era un cacique de mala calaña y en su afán de controlar los pueblos, en los que tenía tierras usó sus influencias para controlar a los distintos secretarios de los ayuntamientos, poniendo en el de Mestanza a Heliodoro Peñasco. En Mestanza, existía la costumbre de largo tiempo de que en las fiestas que se celebraban en el mes de julio, los cofrades de la Hermandad de San Pantaleón, después de lidiar un toro bravo, atábanlo a una ventana y allí lo mataban a palos Peñasco consiguió no sin gran esfuerzo de voluntad y exponiéndose a muchos disgustos, desterrar esta costumbre lo que le costó el puesto. Será el presbítero D. Román Romero Delgado quien, conociendo la valía de Peñasco, le proporcione la Secretaría del Ayuntamiento de Solana del Pino con 1000 pts. /año, al que se marcha con su esposa, Natural de Mestanza, Doña Ramona Rodríguez. Allí acaba su carrera como abogado. Una vez acabada su carrera y tras comprender cómo funcionaban los caciques de la época, sus ideas se tornan republicanas. Cuando se produjeron las desamortizaciones de bienes comunales de finales del siglo XIX este secretario se opuso e invitó al pueblo a movilizarse, así figura en diferentes documentos: Las movilizaciones tuvieron resultados, al menos, en la etapa final. En el caso de Solana del Pino, asesorado el pueblo por el secretario republicano, Heliodoro Peñasco, el Ayuntamiento reunió en concejo abierto a todo el vecindario para apoyar la excepción de dos grandes fincas comunales, Sierra Madrona y Sierra Morena, cosa que se obtuvo definitivamente en 1897.

A Manuel Maldonado Rosales, heredero del hidalgo, esta intromisión del secretario no le gusto, daba a entender que no lo tenía tan controlado como quería. Al consumarse la excepción, el señor Rosales se quedó sin poder comprar (bueno especular) con los terrenos de la sierra. Posteriormente, figura en el libro: Que el señor Rosales, el cacique, obligó al secretario interceder para la compra venta de otros terrenos, cuyos dueños lo amenazaron de muerte, el extracto del juicio de su posterior muerte dice así:

Don Manuel Gómez lo afirma y el Juez de Almodóvar no lo negará.

Es cierto que al Sr. Peñasco refirió un individuo de la Solana del Pino, en cuyo pueblo había estado José Antonio Rosales visitando unas fincas, que el tal José Antonio dijo que Peñasco no podía nada contra ellos porque eran once hermanos y a mil duros cada uno reunirían once mil duros y que con esta cantidad era fácil encontrar un asesino. El respetable anciano D. José Ruiz Sánchez, en cuya casa dieron esta noticia al Sr. Peñasco veinte días antes, quizá no tantos de ser asesinado, y el individuo que tal noticia dio, así lo afirman, sin que se pueda dudar de su palabra. Es cierto que la persecución y el odio de los Rosales contra Peñasco llegó al extremo de querer procesarlo y expulsarlo de Solana, por profanación de lugar sagrado, cuando hubo que derribar unos ladrillos de la puerta del cementerio civil para poder dar sepultura al cadáver de D. Miguel Fernández y que, igualmente, quiso procesarse a la esposa del mismo Sr. Peñasco porque increpó, justamente indignada, a unos miserables que cantaban:

“Secretario, Secretario,

Ya te puedes preparar;

Si no te marchas del pueblo,

Tu cabeza va a volar”

En este curioso texto podemos ver como actuaban los caciques de la época, que incluso mandaron a un familiar suyo apodado el "curita" y a otro llamado el "pernales" a matar el secretario previo pago de 15000 pts. por no cumplir con sus deseos y después tratar de culpar a las gentes a las que quería comprar los terrenos por unos pocos reales, que nada tenían que ver con el valor real de las tierras.

En la siguiente desamortización el pueblo perdió sus tierras comunales, en favor del estado. Que unos años más tarde subastarán sin que nadie se enterase por un ridículo precio, e irían a parar a las manos de otros pocos caciques, Condes, Duques, y Marqueses con sus correspondientes hidalgos vasallos o abogados como les queramos llamar ahora. Que son peores aún, que aquellos antepasados suyos, de la nobleza rancia y decadente, enfermiza y despiadada. Que lejos de desaparecer siguen entre nosotros expoliando los recursos naturales, los territorios públicos y privados, eliminando la memoria y borrando la historia, para que prevalezca la suya. Historia que tal vez seamos nosotros los que la tendríamos que cambiar como una vez hicieron los franceses. Nunca es tarde si la dicha es buena.




martes, 20 de octubre de 2020

 

VALLE DE ALCUDIA, UN POCO DE SU 

HISTORIA


Ya los Árabes, le pusieron el nombre de Fahs-al-Ballut o "llano de las bellotas" y vivieron en él durante muchos años aprovechando sus recursos. Después caballeros calatravos y castellanos dejaron su marcada huella en este enclave, modificando su fisonomía al deforestar gran parte del mismo y utilizar la madera del bosque original como combustible, para las minas de azogue y plomo, pero también como material para la construcción y mantenimiento de la gran Armada Española de los Siglos XV al XVII. Pero fue la deforestación sufrida a manos de los ganaderos, que en busca de pastizales talaron grandes zonas de arbolado, la que más marcadamente dejó su huella en el Valle de Alcudia, otorgándole esas grandes extensiones adehesadas sin árboles que hoy son un rico hábitat  para muchas especies de aves esteparias, que antes no eran muy comunes en la zona como la: Avutarda común, Sisón común, Alcaraván común, Cogujada común, Calandria, Alondra común, Triguero, Terrera común, Aguilucho cenizo, Aguilucho pálido, Carraca europea, Ganga ibérica, Ganga ortega, Collalba gris, Codorniz común, Bisbita campestre o Perdiz roja  todas ellas con mayor o menor población, pero residentes en ese tipo de entornos y que pasan desapercibidas a nuestra vista. Además de estas hay muchas otras especies más conocidas y también de una gran importancia. Junto a la centenaria trashumancia de ganado, suponen uno de los mayores atractivos Naturales, estéticos y culturales de la comarca.

La Orden de Calatrava, fundada en 1158, recibió en 1189 el privilegio de la asignación del Valle de Alcudia y el Campo de Calatrava cuyas rentas servirían para el mantenimiento de sus encomiendas, maestrazgo, sacristanía, obrería, etcétera, beneficiándose asimismo de la recaudación de diversos impuestos sobre las tierras pertenecientes a los concejos y a particulares se convirtieron en «meras recompensas para cortesanos, aristócratas y militares distinguidos». La escasez y poca calidad de las tierras asignadas a los pobladores y a los concejos motivaron que los vecinos de la comarca arrendasen o adquiriesen tierras de la Orden ya en el siglo XIV, En el transcurso del siglo XVI, y como consecuencia del incremento demográfico que se produjo, se avivó el antiguo conflicto entre agricultores y ganaderos, así como las diferencias entre los ganaderos trashumantes y los locales. Durante la primera mitad de este siglo se roturaron y labraron arbitrariamente muchas tierras, tanto públicas corno de la Corona, siendo estas roturaciones particularmente importantes entre 1593 y 1602.

Las tres formas características de aprovechamiento del Valle fueron: el invernadero, el agostadero y la montanera, cumpliéndose este ciclo de forma rigurosa, por lo que se determinan a los pastizales de Alcudia como una unidad de aprovechamiento pastoril.

El agostadero, con una importancia económica muy inferior, era aprovechado por los ganaderos locales principalmente, arrendándose también de manera colectiva aunque generalmente de forma anual. La pugna mantenida entre los ganaderos serranos y los riberiegos por el aprovechamiento de los pastos condujo en ocasiones a que los ganaderos trashumantes dificultasen o impidiesen la entrada de los rebaños locales en las dehesas durante el verano. Asimismo, existían quejas entre los ganaderos locales por el cobro abusivo de derechos o bien de impuestos ilegales. El escaso poder e influencia de los ganaderos de agostadero determinaban que la mayoría de estos pleitos se resolviesen a favor de los ganaderos trashumantes que contaban con el poderoso respaldo de la Mesta. El arrendamiento de los pastos de invierno, que se efectuaba por decenios, duraba desde el 29 de septiembre (San Miguel) hasta el 30 de abril, fecha en que comenzaba el agostadero. La cabaña invernante en Alcudia en el siglo XVIII debía de oscilar en torno a las 100.000 cabezas, aunque hubo años en los que se produjo la entrada de más de 150.000 ovejas. Del total de la cabaña, las tres cuartas partes pertenecían a grandes ganaderos, una gran parte de los cuales vivían en Madrid, lo que podría explicar en gran medida la poderosa influencia de la Mesta en la Corte madrileña. La desamortización del Valle de Alcudia, iniciada en 1873, durante la Primera República, se hizo conjuntamente con la del Campo de Calatrava y afectó a 1.011 fincas. La puesta en venta de tan elevado número de tierras no se tradujo en una distribución más equitativa de la propiedad, al no ir acompañada de una fragmentación de las mismas que permitiese unos precios asequibles para los pequeños agricultores y ganaderos. Por el contrario, la desamortización favoreció un proceso de acumulación de la propiedad que acentuó aún más el desequilibrio social existente. De este modo surgiría una nueva clase de grandes propietarios, pertenecientes a la burguesía madrileña y local, que acapararían la riqueza de la comarca, como lo prueba el hecho de que el 75,5% de la propiedad en aquella época estuviese en manos de sólo el 9,6% de los propietarios. Otro aspecto muy importante del proceso desamortizador lo constituye la desaparición de baldíos y pastos comunales, hecho que afectó especialmente a los pequeños ganaderos, que se vieron obligados a arrendar pastos que hasta entonces eran gratuitos. Paralelamente se inició un intenso proceso de roturación que redujo notablemente la extensión de montes y dehesas, afectando asimismo a las vías pecuarias, que fueron objeto de un elevado número de intrusiones, especialmente en las primeras décadas de este siglo. La decadencia del ganado ovino favoreció este proceso roturador, tanto por el desuso en que cayeron muchas de las vías pecuarias.

Tras conocer un poco la historia podemos ver, cómo siglo tras siglo este Valle de Alcudia ha sido maltratado a la vez que ansiado por los poderosos y negado a sus moradores, una y otra vez hasta llegar a la actualidad. Donde podemos ver de nuevo como unos pocos terratenientes se quieren repartir el pastel, esta vez en forma de parques fotovoltaicos, que cambiaran las ovejas por placas solares, envenenando los suelos y destruyendo aquel hábitat nuevo que se formó, cuando talaron los árboles hace varios cientos de años.